Primero fue la gripe aviar. Ahora es la porcina. Basta el más mínimo aviso de alarma para que toda la sociedad levante la vista y preste toda su atención a las informaciones que llegan sin descanso, y se transmiten de unos a otros, convirtiéndose en datos imprecisos. Nada nos interesa más que los aspectos de salud que nos tocan de lleno; porque esto comenzó en México, pero a nadie pareció importarle: sólo se trataba de casos lejanos, a nosotros no nos iba a tocar.
Es una enfermedad infecciosa que se contagia entre seres humanos y que ya ha provocado la muerte de unas 100 personas en México. Ya se han detectado cuatro infectados en España, que se encuentran hospitalizados en total aislamiento. Esto, inevitablemente, nos recuerda a películas en las que ciudades enteras son puestas en cuarentena por peligro de contagio por extraños virus (Resident Evil, Soy Leyenda, son claros ejemplos).
Y lo peor no es que la situación pueda ser más o menos grave. Lo peor es que la sociedad tiende a magnificar los problemas y a provocar reacciones en cadena. Se abre un círculo sin retorno en el que alguien empieza a desconfiar de todo aquel que tose a su alrededor y así, se encierra en casa por miedo a infectarse. La desconfianza hacia las medidas sanitarias (y no sólo sanitarias, sino de cualquier otro tipo) provoca un miedo generalizado, porque no sabemos qué va a pasar.
La visión de personas con mascarilla nos aterra profundamente y cualquier nuevo dato que escuchamos sobre el tema nos parece malo, aunque se trate de un mensaje de aliento. Lo habitual es pensar aquello de "lo dicen para que no nos alarmemos: la cosa es aún peor". Y todos lo pensamos. Pero la cuestión es que si nos detuvieramos por un momento a buscar qué es la gripe porcina, cómo se contagia y cuáles son los riesgos reales de pandemia, quizá no viviríamos dentro de esta histeria colectiva que comienza a germinar.
"Es una enfermedad respiratoria altamente contagiosa que afecta a los cerdos, ocasionada por uno de los virus A de la gripe porcina. En los humanos, se pueden producir brotes esporádicos, y los síntomas clínicos son similares a los de la gripe común (tos, fiebre, dolor de cabeza...). No existe vacuna. Si lograse contagiarse eficazmente entre humanos, podría causar una pandemia (epidemia mundial)". Esta es la definición textual que da el diario ABC en su versión digital, y lo cierto es que la última frase no es nada alentadora. Con datos así, realmente no es extraño que exista tanto miedo.
No se puede permitir esta clase de periodismo alarmista, aportando datos sobre hechos que aún no han tenido lugar. Porque sólo es noticia lo que ha ocurrido, no lo que podría ocurrir. Es una labor conjunta de los periodistas, que deben ser fieles a los datos contrastados y demostrados, y de los ciudadanos, que no deben creer todo lo que se dice. Porque hoy en día, cualquiera habla de cualquier cosa. Es así de triste.
ALICIA MARTÍN NÚÑEZ