domingo, 22 de marzo de 2009

LA MUERTE SE CONVIERTE EN ESPECTÁCULO

Jade Goody. Actualmente, pocas personas no asocian este nombre con la polémica y la agonía de una enfermedad hecha pública hasta sus últimas consecuencias. Los que no sabían que esta joven británica ha participado hasta en tres ediciones del popular reality show "Gran Hermano", ahora la conocerán por su interés en vender los últimos meses de su vida.
Ella sostiene que lo hace para asegurarle un futuro a sus dos hijos, de cinco y tres años, pero lo cierto es que quizá, ya haya traspasado todas las fronteras. Los detalles de toda su vida corren como la pólvora por los medios de comunicación del mundo, que no hacen más que profundizar cada día más en lo que consideran el mayor "filón" para lograr incrementar sus audiencias.
La muerte vende y hace ricos a muchos. Es la triste realidad con la que nos encontramos en esta sociedad, en la que el sensacionalismo ofrece las mayores miserias del ser humano. Pero Jade Goody no está libre de pecado. Aún con la tristeza y agonía que debe sentir (a estas alturas, con su historia tan metida en nuestras cabezas, casi podemos sentirlo cada uno de nosotros), le queda valor para pedir que los medios cubran sus últimos días y, tal vez, el instante de su muerte. Un acuerdo macabro entre dos partes para sacar tajada del morbo y del dolor.
Y todo a costa del público. Qué triste es caer en el engaño y más aún querer saber más. Tan sólo somos autómatas que vemos lo que nos ofrecen, escuchamos lo que nos emiten y pensamos lo que nos dicen que debemos pensar. No vamos más allá. No denunciamos la falta de moral, la ausencia de intimidad ni el morbo gratuito. Porque ahora lo que "está de moda" es sacar lo más sucio de las personas: convertir el sufrimiento en espectáculo y la agonía en curiosa expectación. Es tan triste como suena.

lunes, 16 de marzo de 2009

CóMo ExPReSaR....

Contenta, ilusionada, anhelando volver a ver esa luz y esperando sentir ese profundo abrazo. Subo los peldaños despacio, viviendo cada segundo, curiosa, escuchando la suave respiración al otro lado de la línea. Inquieta, veo el camino abrirse lentamente y, de la oscuridad, apenas escondido, brota tu aliento, un aroma envolvente que despierta mi sonrisa.
Me dejo llevar por los deseos de estos días, por mis sentidos, que me conducen al fondo del misterio. Este tiempo fui yo, pero faltaba ese cosquilleo que nos remueve por dentro, que el ser humano a veces no entiende, que dirige la inconsciencia y calla a la razón.
El espacio no puede ser más cálido, parece albergar una añoranza contenida, inundado de intensos sonidos que acarician mis oídos y sacuden mi ser. La melodía en sí misma dibuja un aura de ternura y me parece tan bella, que creo haber olvidado qué es la realidad.
Toda mi piel se estremece y mi corazón grita con sus latidos lo que mi respirar ahogado no me deja decir.
El tiempo ha vuelto a detenerse; tu presencia mata los minutos, aparta las miserias y me condena a las debilidades. Dicen que la dicha se reduce a lo efímero, pero eternos se antojan estos instantes compartidos.
Si no te hubieras adentrado así, tan dulcemente, percibiéndote tan pleno, no habría creído que la magia del momento hizo brotar esas sinuosas lágrimas. Fuimos aliados en ese acompasado combate.
ALICIA MARTÍN NÚÑEZ

lunes, 2 de marzo de 2009

2 de marzo, un día normal

O no... quizá sea un día especial... hoy, el presente, el ahora...
los recuerdos del día crean mis sonrisas...
construyo nuevas alternativas... disfruto al descubrir....
gozo de cada instante como pocas veces lo hice...
me alegro de estar viva y sentirme como tal...
mis ojos brillan a la luz del cielo, aunque esté medio nublado...
los sufrimientos del ayer... son las indiferencias de hoy...
la tristeza y apatía de antaño... es la felicidad y actividad de ahora...
los pensamientos que tanto daño me hicieron, se han ido...
parecen haber muerto en lo más profundo de mi memoria...

Esta mañana me desperté de un sueño... fue real, aunque me negué a creerlo...
por miedo a que se desvaneciera de mi cabeza...
a veces, lo más bonito parece pender de un hilo...
quiero creer que esto será eterno... atemporal...
que podré sentirlo dentro de mí para siempre...
que no se irá de mi lado... no me abandonará...

Mi corazón late con fuerza... intensamente...
siento esa mirada... esa sonrisa... ese calor...
y no puedo evitar derretirme, perdida en un mar de sensaciones...
dulces, profundas... maravillosas...
mi alma tiembla... teme albergar tanta felicidad...


ALICIA MARTÍN NÚÑEZ